De Daniel Escaño Martín a todos:

Hola Compañeros.

No podía pasar sin que publicase unas líneas en este impresionante rinconcito de amigos que tanto nos ha maravillado a todos. No porque me lo merezca, si no porque Jose me ha insistido tanto en que escribiese como en que esprintase los últimos metros de meta, y para los que le vais conociendo ya sabéis lo que eso significa ;-)
No tengo esa enorme capacidad de redactar que tiene él, que parece fácil más aún llevando casi un maratón de montaña diario en el cuerpo, cada noche. Sin que sea un ladrillo, solo me gustaría utilizar esta entrada para transmitiros cuatro sentimientos que tengo grabados, muy en caliente, estas primeras horas después de haber llegado a Madrid con la camiseta de Finisher bajo el brazo:

Lo primero es daros las gracias absolutamente a todos los que nos habéis seguido, apoyado, animado… desde España cada días, por sms, correo, entrada en el Blog o simplemente transmitiendo ánimos en vuestra cabeza, porque os aseguro que nos ha llegado esa fuerza y la ilusión por acabar día a día se veía multiplicada por diez cada vez que notábamos que alguien estaba atento a lo que hacíamos. Gracias a todos, de verdad. Todavía me cuesta creer que lo que hacíamos provocaba una cierta ilusión en algún amigo que esperaba deseoso a que Jose publicase la entrada, sintiendo algo parecido a lo que sentimos algunos al esperar en las noticias del telediario el resultado de nuestro equipo, deportista, etc… en competición oficial.

El segundo sentimiento también es de agradecimiento a todas las personas que han estado en Alemania, Austria e Italia junto a nosotros estos días. Como sabéis Susana (la mujer de Jose), sus hijos, Daniel y Oscar y la madre de Susana, Bárbara, nos han acompañado y ayudado en todo lo posible cuando podían estar con nosotros en las primeras y últimas etapas. Se merecen los cuatro una mención especial porque me han hecho sentir como parte de esa familia. Sobre todo Susana, la cual es responsable de que todo esto haya salido a la perfección. No os imagináis los esfuerzos que ha hecho para organizar la logística, traslados, etc. ¡¡¡Admirable!!!, una camiseta es suya.

Incluyo a todos esos compañeros que hemos conocido en este cachito de vida, que han sufrido junto a nosotros y que, aunque solo hayan sido horas, minutos, segundos con ellos… han sido tan intensos que hacen que se merezcan no borrarlos de la cabeza: Jorge, Gabriel, Depa, Elena, Aurelio, Mónica, Jose y su hermano, los chavales de Córdoba, de Orense, de Asturias, etc… Todos corredores. Todos grandes.

El tercer sentimiento es de sufrimiento y éste me gustaría remarcarlo. El blog es de Jose y suyas las palabras y experiencias, aunque compartidas entre los dos es su punto de vista. Quizá pueda parecer, leyendo el blog aquí y ahora, que ha sufrido una barbaridad y que para mí ha sido un paseo, pero os aseguro que nada más lejos de la realidad. Esta transalp ha sido probablemente la experiencia más dura y exigente de mi vida, entre otras cosas porque el objetivo, competir con todo lo que teníamos, se ha cumplido. Os aseguro que han sido muchos los días en que Jose ha hecho que me esforzase por encima de lo que ni siquiera yo mismo sería capaz de imaginar, tiene una fuerza impresionante y es innegable que muchas veces él ha ido por encima mío. Se me han hecho los 8 días más largos de mi vida y pensaba que no llegaría nunca el octavo. Estoy seguro de que, si no hubiera tenido la desgraciada lesión, hubiera sido yo el que hubiera sufrido más los últimos días. Puedo decir sin lugar a dudas que he llegado a Madrid totalmente “petao como los mirlos blancos” y que tengo las piernas “pa chóped”. A ver quién es el guapo que da las clases de ciclo esta semana en el gimnasio.

Vais a permitirme que el último sentimiento no lo defina con una palabra, y cada uno de vosotros intente etiquetarlo como crea conveniente. Jose siempre dice que la gente tiene un problema muy grave y es que utiliza conceptos erróneos para hacer referencia a ciertas ideas cuando en realidad quiere transmitir otras. No estoy seguro de cuál es el concepto que debería utilizar para definir el sentimiento que tengo hacia mi compañero de equipo, José Manuel Tejera Parra. Nos conocimos hace ahora poco más de un año, por casualidad, y hemos vivido juntos más experiencias que con la mayoría de las personas que nos rodean desde el principio de nuestras vidas. Si no recuerdo mal, Jose y yo no hemos discutido ni una sola vez en todos estos minutos que hemos pasado juntos. A 2600 metros y 160 pulsaciones, con dolor en todo el cuerpo, sin dirigirnos la palabra, el uno sabe del otro exactamente qué siente, cómo está, si sufre, si va bien, si hay que hablar, si no… no os podéis imaginar cómo se pueden comunicar tantas cosas en situaciones límite entre dos deportistas sin decir absolutamente nada.

A veces, hay una especie de sentimiento de amistad que se mezcla con el de hermandad. ¿A veces es como un padre?, seguro que sí por todo lo que he aprendido de él. A veces es como un hijo, y seguro que sonríe cuando lo lea. Ambos jugamos el papel de entrenador y entrenado. Como pareja de deportistas a veces uno es el fuerte, agresivo, visceral… otras el calculador, el sereno; todo depende del momento y las circunstancias de la carrera. No se elige ni se calcula, simplemente se asume el roll en el momento adecuado y siempre es el momento acertado. Ponedle vosotros título al sentimiento.

Jose, la gente usa tanto los términos “gracias” y “equipo” que parece que han perdido su significado. Hagamos honor a lo que quiero transmitir y permíteme que no escriba aquello que ya sabes que existe en el “Factor 5 Team”: José Manuel Tejera Parra y Daniel Escaño Martín.

Maldito día aquel en el que un personaje del que me constaba recordar el nombre y que definía como “el marido de Susana” me llamó para proponerme correr la prueba de carreras de montaña por etapas más dura del mundo, ¿qué necesidad tendría yo de decir que sí a tanto dolor y sufrimiento?... ¡¡¡¡Bendito día!!!!

Para todos aquellos que me quieren, por favor, si algún día (que seguro que se dará), me volvéis a oír decir que quiero volver a correr la Transalpina, por favor, quitádmelo de la cabeza y no me dejéis.

Un abrazo a todos.
Daniel Escaño Martín.